En estos meses se están llevando a cabo un gran número de obras en la ciudad de Soria que el propio Ayuntamiento califica como mejora ambiental, bienestar, renaturalización y biodiversidad urbana, resiliencia, adaptación al cambio climático, etc; que salvo excepcionales casos se contradicen con la realidad que observamos.
Las obras en la Avenidas Valladolid y Eduardo Saavedra ya comenzaron con la eliminación del arbolado bajo la excusa de que levantaban las aceras. Algo consustancial a los árboles, los cuales tienden a crecer en su parte aérea y proporcionalmente en la radicular. Tal problema se podía haber resuelto, por cuanto el problema y las soluciones se conocen, con la mejora de las aceras y la poda de ramas y raíces; así como con la ampliación, el acondicionamiento y la mejora de los alcorques. Para nada se puede considerar como ambientalmente aceptable la excusa de que van a plantar otros árboles, y mucho menos calificarla de “solución resiliente”.
Otro claro ejemplo es Santa Clara, cuyas aceras, que estaban en perfecto estado, están siendo cambiadas por un pavimento nuevo de adoquines que no mejoran el tránsito de personas con silla de ruedas, con andador o con carritos de niños. A los árboles también les ha perjudicado: no se ha puesto riego a los alcorques ya de por sí pequeños; se les ha retirado tierra vegetal, se les ha rellenado con arena y grava, se ha puesto una lámina textil y finalmente una capa de hormigón sintético que no permite respirar al sistema radicular del árbol en un suelo que ya era de mala calidad.
El ejemplo más paradójico de la política ambiental del Ayuntamiento es la acera de la Calle Bienvenido Calvo, en el lateral del antiguo Convento de Santa Clara, donde un ciprés que crecía sobre una isleta de tierra y césped está siendo ahora mismo hormigonado y adoquinado hasta casi su tronco, con la eliminación de raíces y del suelo fértil sobre el que crecía. Actuaciones que contradicen los principios de adaptación climática a las ciudades, entre los que están: tener y aumentar las superficies permeables y transpirables que mejoran la calidad del aire, atemperan el ambiente y favorece la salud de los árboles. Algo que es conocido por el Ayuntamiento, puesto que lo ha aplicado en el parque de la Arboleda.
A eso hay que sumar un mal endémico de las obras en Soria, que es la falta de protección a los árboles para evitar producir heridas en su tronco. Estas heridas son especialmente llamativas en la zona de obras de la muralla del Castillo, donde el Ayuntamiento indicaba que se había tenido especial cuidado con los árboles. Daños que son una infracción según recoge el artículo 2.7.25 de Conservacion de zonas verdes y del arbolado del PGOU de Soria, y en las que ASDEN se va a personar como parte interesada con objeto de conocer e informar al público de los detalles y resultados de las actuaciones del Ayuntamiento, que debería haber sancionado de oficio durante la supervisión de las obras y no a solicitud de los ecologistas.
En el interior del parque de Santa Clara ya han talado al menos 11 árboles y ahora están trabajando con maquinaria de grandes dimensiones sin haber puesto protección a los árboles. Sobre este proyecto conocemos un documento publicado por el Ayuntamiento, donde dice “Se respetará el mayor número posible de ejemplares en su situación actual tras la reforma del mismo. El arbolado que necesite de una ubicación diferente por la intervención propuesta, se trasplantará reubicándolo en su situación definitiva”.
En los mapas del proyecto publicado, se observa cómo se va a tener que quitar arbolado por el simple hecho de relocalizar una pista deportiva y algunas calles, lo que supone una supeditación del arbolado al diseño de alguien que no ha tenido el mayor interés por respetarlos o mantenerlos.
Una lista de 50 ejemplos del trato que se da a los árboles se ha publicado en la cuenta de twitter de la asociación Asden, donde también se describen unas pocas buenas prácticas que deberían ser la norma y no la excepción: